BICENTENARIO DEL HORROR (MENTAL)


 

Dos grupos políticos antagónicos despliegan su odio furibundo, acciones y calificativos de grueso calibre, en una pugna muy alejada de los cánones democráticos. La mayoría de los ciudadanos observamos con sorpresa, desde un racional centro político, los dicotómicos discursos sobre el anticomunismo, el anticapitalismo, la izquierda, la derecha, la nueva constitución, el fraude, terrorismo, etc. Sin embargo, estas argumentaciones no son más que eufemismos que disfrazan el racismo y el clasismo desatado durante estos últimos meses. 

¿Por qué durante este proceso electoral se han desatado las actitudes racistas y clasistas que durante mucho tiempo se intentó de inhibir y condenar como intolerantes y nociva a la sociedad y a la convivencia? 

Se pueden identificar dos factores principales, la histórica oscilación de las fuerzas políticas y el poder, y la enorme propaganda desplegada. 

Los Factores

En el primero, hay que reconocer que, por primera vez en los doscientos años de vida republicana, un partido de extracto popular y de origen andino ha logrado acceder democráticamente al poder. Se ha activado el genético miedo a la “indiada” entre aquellos grupos principalmente urbanos y blancos (pensamiento de castas). El segundo, la clase tradicionalmente dominante de los espacios políticos (conservadores o Alt-right) también concentra gran parte del poder económico, cuenta con la propiedad de los medios de prensa y tiene la capacidad de pagar a especialistas en Relaciones Públicas, Psicosociales u Operaciones Psicológicas según se prefiera denominarlo. 

La Reacción

De las redes sociales se recogen algunas frases: “Castillo debería ser mi jardinero no mi presidente”, “¡Que se han creído estos inmundos!”, “Van a quitarnos nuestras casas”, “Me voy a europa [sic] por que estos no nos pueden gobernar”, “… pero se muy bien lo que estos miserables son capaces de hacer, poco a poco iran [sic] avanzando con su objetivo, son sicopatas…” y de ese tipo muchas variantes. 

En esta guerra de comentarios no se ha salvado ni la iglesia católica que está más dividida que nunca: “Viva Lutero…el arzobispo no es imparcial y me sorprendió al seguir el cuento de los “desaparecidos” en noviembre en plena misa en la catedral, lo digo como católico practicante”, “arzobispo comunista”, etc. 

Estas frases denotan que el verdadero miedo no es a un supuesto comunismo o terrorismo, son declaraciones del prejuicio histórico, el atávico miedo a los “otros”, la base y origen del racismo.

Los Medios

Los medios de comunicación tradicionales fueron imparciales durante la primera parte del proceso electoral, sin embargo, al conocerse los resultados de la segunda varias líneas editoriales terminaron parcializándose en apoyo a la candidata del sector conservador. La excepción fueron los medios parcializados del conservadurismo, a los que no se les puede calificar como periodismo profesional. 

Las redes sociales y el internet son una potente caja de resonancia que le permite a cualquiera diseminar los mensajes con relativa facilidad. Las fuerzas políticas contratan a reales “ejércitos” de troles que envían mensajes, videos, imágenes, inundando los espacios virtuales. Sumado a esto, los algoritmos de las propias aplicaciones “encapsulan” al usuario en su propia burbuja social en donde se ve bombardeado por los mensajes replicados en ese limitado espacio (los “amigos”). Por experiencia propia debo reconocer que es muy difícil escapar del influjo del encapsulamiento digital ya que hay que luchar contra el algoritmo invisible pero omnipresente en la red.

La estrategia

 hoy en día se ha acuñado el neologismo “posverdad” para indicar la tendencia política actual al uso indiscriminado de las medias verdades y las mentiras. En el mundo militar se denomina esto “Operaciones Psicológicas”, instrumento de manipulación social empleado en el marco de los conflictos bélicos. El empleo de la guerra psicológica (sucia) en los espacios democráticos se originan en las teorías del político conservador Newt Gingrich, aunque eso será tema de otra entrega.

En las redes sociales más empleadas (Facebook, Skype, etc.) cuando llega el mensaje a la “Burbuja digital” (amigos) ya contiene un fuerte sesgo cognitivo. Lo más probable es que el mensaje sea falso, mentiroso o exagerado. En redes como WhatsApp los mensajes con posteados por algún miembro de la burbuja y de allí se disemina a otras, aunque en este las burbujas son más limitadas en su alcance y efectividad. 

Los resultados

Las burbujas diseminaron los mensajes de odio, racismo y clasismo. El sesgo cognitivo convence a muchos del supuesto complot internacional y sistemático para robarle el voto a la candidata conservadora, la reacción y el racismo en contra de los van a “invasores”. Les hicieron creer que eran “millones” oponiéndose al “comunismo y la pérdida de la libertad”, pero jamás aceptaron que es una derrota democrática, limpia, con justicia y sin paralelo en la sociedad de castas del Perú.

El peor efecto se sentirá dentro de las propias burbujas, en donde  se han visto afectadas las relaciones familiares y sociales. Aquellos que han expuesto sus complejos y odio difícilmente se les considerará igual.

Finalmente, ¿Cómo será el nuevo gobierno, el de los “otros”? 

Eso es materia de otro problema y del tiempo... pero no justifica el abandono ni de la democracia, ni de la verdad.


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