LAS ENCUESTAS: ¿QUE DICEN Y QUE NO? (parte II)

Por: Iván Izquierdo

(continuación)

BANDWAGON copiar4 ¿Que efecto producen las encuestas?

El manejo de la democracia se ha revestido de una aureola de inocente libertad e igualdad, pero esconde sórdidos mecanismos de manipulación psicológica. No existe nada más peligroso que ser víctima de la manipulación cuando se cree que uno permanece en el control de la situación. La vida de una persona promedio en nuestra sociedad transcurre en una constante agitación, la presión laboral y la necesidad de preocuparse por el diario vivir. La formación de la opinión se realiza de manera superficial en una rápida lectura de un medio escrito. Con mayor tiempo podrían ser dos, pero pocos podrían dedicarse un día entero a revisar 18 periódicos, 5 revistas principales, 10 noticieros radiales y otros 10 en la televisión. A esto hay que agregarle el proceso de análisis necesario para purificar las noticias de la inevitable tendencia política. Es decir, nadie tiene el tiempo para hacer semejante cosa, por eso debe confiar en la opinión del medio que hace suya, que aprehende en el subconsciente.

Esa persona vive en un medio social mas o menos uniforme que se retroalimenta de las mismas noticias y de los mismos prejuicios que los de su entorno mediato, afianzando el prejuicio, convirtiéndolo en un sistema de creencias, en hechos fáctico. De esta forma tiende a rechazar las ideas que sean contradictorias a estos prejuicios, y de la misma forma reaccionarán los individuos de este entorno social. Aquel individuo que no concuerda con los prejuicios del entorno levantará sospechas y terminará siendo rechazado por adoptar las nuevas ideas. Por reflejo natural, el individuo pugna por permanecer en la seguridad del grupo, en el entorno social, inhibiéndose de repetir las ideas ajenas a las del grupo.

De igual forma, el individuo indeciso o poco enterado seguirá la tendencia del entorno social. Solo los innovadores, aquellos que se atreven a experimentar cosas e ideas nuevas son los que marcarían una nueva tendencia. En publicidad son empleados estos individuos con la finalidad de introducir nuevos productos. Son la minoría con solvencia económica y un entorno social intercambiable. El resto, la masa, en su mayoría son solo los seguidores de los paradigmas creados por aquellos a quienes llaman “ganadores”. Los “ganadores” querrán ser emulados por la masa, adoptando su estilo de vida, gustos, ideas y prejuicios.

La propaganda política aprovecha una variación de este fenómeno al que denomina bandwagon, el carro de la banda. En el corso del candidato político favorito, los seguidores pugnan por treparse al carro del ganador en busca de reconocimiento, prestigio, y prebendas. Es una superficial actitud que luego puede convertirse en la abierta adulación por el ganador, por el poderoso. Por contraste, el carro del perdedor se queda vacío, sin seguidores. El individuo de la masa prefiere correr, treparse al vuelo en el carro del ganador y no se dejado atrás, en el grupo de perdedores. Algo del instinto de supervivencia aflora aquí.

Las encuestas permiten canalizar este fenómeno. Aparecer como el candidato que encabeza la encuesta es análogo a pasearse en el carro del ganador, en el "bandwagon", adhiriendo a los indecisos, a los ignorantes, a la masa que busca treparse al carro ganador, pugnando por no quedarse atrás, aunque la actitud solo obedece a una ilusión, la de haber emitido un voto que resulta "ganador". La decisión del voto raramente es un proceso racional, la mayor de las veces es un proceso emocional, subjetivo. Es la emoción la que inclinará la preferencia de las mayorías hacia una candidatura o la otra. La encuesta ayudará a conseguir más votos, el efecto "bandwagon" influenciará gran parte de los votos.

Durante el último proceso electoral las encuestas diferían enormemente. Algunas dieron como clara ganadora a Lourdes Flores, otras a Susana Villarán. El resultado fue ajustadísimo, un porcentaje que estadísticamente se habría interpretado como un empate que ninguna encuestadora ni por aproximación midió. O las metodologías de encuestas estuvieron equivocadas, o estuvieron más ocupados creando ganadoras. Ud. decide.

5 ¿Son confiables las encuestas?

Una encuesta, científica y éticamente desarrollada, es un valioso instrumento de investigación social y política. Al igual que cualquier profesión, el estadista puede convertir su profesión en una noble herramienta o arrastrarla hacia la vileza del mercenarismo político, a crear cifras para el mejor postor. En estos momentos es difícil saber cual de las encuestas y encuestadoras estarían realizando una noble labor o están favoreciendo a tal o cual candidato. Las acusaciones ya están dejándose escuchar. Además, no existe ningún mecanismo de fiscalización una empresa encuestadora, aunque se trata de información pública.

Formarse una idea política realista en base a la información disponible es un ejercicio engorroso que consume tiempo y energías escasas. Para el ciudadano promedio dicho gasto no se justifica económicamente, por lo que deberá seguir escuchando noticias, encuestas y opiniones ajenas. Pero los efectos de esta manipulación pueden ser sofocados conociendo esta deliberada intención. Una mente alerta es más difícil de engañar. No se deje arrastrar por el "bandwagon" y permita que su decisión sea personal y soberana. Es el mejor ejercicio que podemos hacer para salvar lo que queda de nuestra frágil e ilusoria democracia.

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