COLOMBIA Y EL AJEDREZ POR LA PAZ



La “Operación Jaque” organizada por el Ejército Nacional de Colombia que ha permitido la feliz liberación de 15 rehenes de las FARC, entre ellos la Dra. Ingrid Betancourt, pone de manifiesto el valioso aporte de la inteligencia nacional y militar de Colombia. En una operación, que tiene el sello de un magistral engaño (del que aun falta conocer detalles), los rehenes fueron liberados sin haberse realizado ningún disparado y se logró la captura de dos importantes miembros de la guerrilla, según declaraciones de los líderes colombianos.

Eso lleva a reflexionar sobre los eventos en Colombia. Primero, la decisión política del Presidente Uribe de acabar con la guerrilla y lograr la pacificación del país. El contundente 80% de aprobación a su gestión, da fe del respaldo de los colombianos a sus políticas (y de seguro aumentará su popularidad). Segundo, el apoyo económico, técnico y logístico de los Estados Unidos a través del Plan Colombia implementado en 1999. Esto ha permitido que Colombia posea el ejército más numeroso y mejor equipado de Sudamérica. Tercero, el apoyo de la comunidad internacional en su lucha contra las FARC y la condena a dicho grupo terrorista. Estos factores, sumados a la capacidad de la inteligencia, empiezan a rendir los frutos largamente esperados por el pueblo colombiano. La FARC está en jaque. La propia Ingrid Betancourt ha dado testimonio de las pobres condiciones logísticas de la organización. Además, durante los últimos meses han perdido mandos fundamentales. El propio Ejército Nacional de Colombia reconoce la infiltración de su sistema de inteligencia en importantes organizaciones de las FARC que están permitiendo logros como el descrito y la defección de los miembros de la última.

En el Perú, el empleo de la inteligencia permitió el descalabro de la demencia terrorista del MRTA y Sendero Luminoso. Estado cerca de ser erradicados, el sistema nacional de inteligencia fue desarticulado en un acto de venganza y necedad política que hoy lamentamos, debido al tiempo perdido y al preocupante incremento de la actividad terrorista en el país. Pasará un tiempo hasta que el sistema de inteligencia del Perú sea totalmente reconstruido y pueda recobrar la agilidad y posibilidad de detectar a tiempo las amenazas que se gestan al interior de la sociedad. Las irracionales protestas políticas, pretenden crear zozobra en momentos en que la patria, claramente, camina hacia el desarrollo. La admiración que ciertos dirigentes sindicales han manifestado por las FARC, podrían ser indicios del recrudecimiento de actividades proselitistas de tendencia marxista-violentista que tanta desgracia trajo a nuestra Nación.

La Fuerza Armada y la Policía Nacional del Perú están realizando el esfuerzo de acabar con los focos terroristas en la selva, con poco presupuesto, apoyo logístico aun limitado e inteligencia insuficiente. Aquellos que critican y obstaculizan el esfuerzo de la defensa nacional, deberían aprender la lección que Colombia ha dado al mundo, y recordar sin mezquindad la ejemplar “Operación Chavín de Huantar” y la victoria sobre el terrorismo.

Aquilatemos el esfuerzo que se viene realizando en la selva del Putumayo previniendo de que las FARC busquen refugio en nuestro territorio. Este plan cuenta con el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos, quien ha brindado apoyo económico y técnico para el patrullaje fluvial. Apoyo que se ha traducido en la fabricación de lanchas y equipos en los talleres del SIMA PERÚ y la creación de una escuela especializada para nuestros militares y policías. Con esta acción el Perú contribuye, silenciosamente, con el esfuerzo de paz colombiano.

En términos modernos, es una negociación ganar-ganar, que no tiene que afectar ni la soberanía, ni la independencia nacional. Si alguien no está de acuerdo, aquí o allende, no es problema del Perú. Nosotros ya vemos la luz al final del túnel. ¿Los críticos podrán decir lo mismo? En una reflexión anterior ya expuse la enorme potencia del Perú y su capacidad de ser autosuficiente (“el evento X”) aunque solo como ejercicio académico. En la realidad, son las alianzas (con naciones importantes) las que potencias las oportunidades. Colombia y Perú lo han entendido así.

La operación “Jaque” complica el tablero de juego del terrorismo. Esta vez la fuerza de la decisión política, el respaldo de un pueblo que rechaza el terror y una fuerza armada políticamente respetada y económicamente sostenida, han movido sus fichas con inteligencia hasta acorralar al adversario en una esquina. El “jaque mate” será cuestión de tiempo y de mantener la presión sobre el enemigo, manteniendo abierta la puerta del diálogo, el arrepentimiento y la reconciliación de los compatriotas desviados.

Lástima por aquellos que admiran o son “ideológicamente coincidentes” con las FARC y sus métodos demenciales de “lucha social”. Mejor vayan echando a su rey, o sufran las consecuencias de ser empujados fuera del tablero del ajedrez del mundo civilizado.

2-7-2008

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