EL TERROR COMO ARMA POLÌTICA

El terrorismo es el empleo del miedo con fines políticos, ideológicos, religiosos, etc. ¿Que derecho tienen los actores políticos a sembrar miedo entre los electores con la finalidad de manipularlos? ¿No están actuando como simples terroristas políticos?

Entiendo que la lucha política alcance niveles, a veces, inauditos de tensión y acusaciones mutuas, pero eso debe quedar entre los candidatos; supuestamente profesionales de piel endurecida para estas lides. Cuando los candidatos comienzan a influenciar en el electorado difundiendo mensajes de horror, cruzan la línea que separa la ética política del terrorismo político ¿porque soportar al que aquellos  estas manipuladoras actitudes?

Durante estas últimas semanas he conversado con personas a nuestro alrededor que reflejan un genuino terror por el devenir político. Considero que no es justo que vivan en este injustificado estado de de miedo en un país que ha superado al verdadero terror. El ciudadano común y corriente no tiene el tiempo para meditar sobre las razones políticas que conducen a la propalación de mensajes, ciertamente horrorosos, dejándose conducir hacia un estado de perplejidad y tensión injustificado. La elección es una fiesta cívica no el combate de fuerzas oscuras, manipuladoras de la opinión pública a través de la prensa corporativa, privada, de únicos e identificables amos y señores.

Los ciudadanos tenemos derecho a vivir en paz sin ser expuestos a ningún tipo de terror y amenazas, esto es también es seguridad ciudadana.

Los ciudadanos debemos denunciar y renunciar a las destempladas opiniones de aquellos “líderes de opinión” que intentan manipular al electorado sembrando el terror con frases como “entre el sida y el cáncer”, “suicidio político”, “el pueblo escoge el presidente que se merece”, “el autoritarismo”, etc. haciendo clara alusión a la supuesta  incapacidad de aquellos a quienes subestiman, o sea el grueso del pueblo, y no la porción adicta a ellos. basta hojear los últimos comentarios de los “analistas políticos” al servicio de la prensa corporativa que, pretenden justificar el pésimo desempeño de su candidato favorito con ridículos sofismas, sin reconocer la torpeza de sus propias acciones. Finalmente los candidatos se han diferenciado claramente en dos categorías: aquellos que apelaron a los argumentos racionales y los demás, los que han apelado al ataque y al terror verbal y político. Veremos pronto cual estrategia logra mayor aceptación entre los votantes.

Finalmente, los ciudadanos tenemos derecho a vivir en paz sin ser expuestos a ningún tipo de terror y amenazas, esto es también es seguridad ciudadana. La mejor forma de rechazar estas tendencias es hacer oídos sordos a los profetas de la desgracia y la muerte en vida.

 

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