EL SATÉLITE CHILENO Y LA DEFENSA COOPERATIVA
La anunciada compra de un satélite por parte de Chile provocó la justa reacción de la ciudadanía y el reclamo al ministro de defensa sobre el asunto. Flores Araoz replicó pidiendo que “no se levanten olas” y que “no debemos preocuparnos por lo que tiene el otro, debemos ver que es lo que tenemos y que no tenemos para poder suplirlo”. Flores Araoz capeaba su primera mini crisis informativa en su recién inaugurada cartera de defensa.
El programa espacial chileno ya tiene muchos años. A diferencia del magro apoyo y poco interés que recibe el programa espacial peruano, Chile ha avanzado mucho en la materia. En la década pasada desarrollaron su propio satélite denominado FASat, con la colaboración de la Fuerza Aérea de Chile, ingenieros y científicos, tanto nacionales como británicos. Chile lanzó el FASat Bravo (segundo satélite construido) desde Baikonur (Rusia) a bordo de un vehículo Zenit, el 10 de Julio de 1998. Dicho satélite ya contaba con sensores ópticos (cámaras) entre otros instrumentos.
“...debemos ver lo que tenemos y no tenemos para poder suplirlo...”
El Perú viene enarbolando la bandera de la “Defensa Cooperativa” como instrumento para el mantenimiento de la paz, pero sin entender adecuadamente los mecanismos que implica dicho principio. Las medidas de confianza mutua como las reuniones 2+2, la transparencia en los presupuestos de defensa, los libros blancos, etc. Son parte de los requerimientos a implementarse bajo el citado principio. Pero la capacidad de poder detectar los movimientos militares de la contraparte, también constituyen parte de la implementación de una defensa cooperativa realista. La posibilidad de poder observar y detectar los movimientos de tropas, buques y aeronaves neutraliza la posibilidad de sufrir un ataque sorpresa y/o ejercer presión en los foros internacionales correspondientes. (Concepto desarrollado en la revista PRO-INTELLECTUM 01-01)
En la actualidad este mecanismo de observación es ejercido unilateralmente por Chile debido a su actual capacidad tecnológica, la misma que ha anunciado mejorar.
En el marco de la defensa cooperativa, lo ideal es que la vigilancia se realice bilateralmente. Para ello, el Perú necesita de un satélite, lo que es conocido en el argot de defensa como Advanced Reconnaisance Methods (métodos de reconocimiento avanzados).
Cabe recordar que el año 2006 ya se promulgó la ley 28799 “Ley que declara de interés nacional la creación, implementación y desarrollo de un “Centro Nacional de operaciones de Imágenes Satelitales”, centro que debe ser potenciado al más breve plazo y que constituye un importante paso en el dominio espacial peruano.
El satélite posee aplicaciones múltiples -no solo en la defensa- además puede ser empleado como instrumento de desarrollo, especialmente si consideramos la difícil geografía nacional.
El sistema que se necesitaría para complementar el equipo de vigilancia sería la adquisición de un avión AWAC (Sistema Aerotransportado de alerta y Control, por sus siglas en inglés) que permite la detección de aeronaves lo cual no es cubierto por el satélite.
La defensa cooperativa parece un mecanismo útil en la prevención de conflictos, pero no puede ejercerse completamente bajo condiciones de asimetría del poder nacional. Las buenas intenciones deben ser supervisadas con instrumentos de vigilancia reales, ya que las palabras bonitas se las puede llevar el viento.
El programa espacial chileno ya tiene muchos años. A diferencia del magro apoyo y poco interés que recibe el programa espacial peruano, Chile ha avanzado mucho en la materia. En la década pasada desarrollaron su propio satélite denominado FASat, con la colaboración de la Fuerza Aérea de Chile, ingenieros y científicos, tanto nacionales como británicos. Chile lanzó el FASat Bravo (segundo satélite construido) desde Baikonur (Rusia) a bordo de un vehículo Zenit, el 10 de Julio de 1998. Dicho satélite ya contaba con sensores ópticos (cámaras) entre otros instrumentos.
“...debemos ver lo que tenemos y no tenemos para poder suplirlo...”
El Perú viene enarbolando la bandera de la “Defensa Cooperativa” como instrumento para el mantenimiento de la paz, pero sin entender adecuadamente los mecanismos que implica dicho principio. Las medidas de confianza mutua como las reuniones 2+2, la transparencia en los presupuestos de defensa, los libros blancos, etc. Son parte de los requerimientos a implementarse bajo el citado principio. Pero la capacidad de poder detectar los movimientos militares de la contraparte, también constituyen parte de la implementación de una defensa cooperativa realista. La posibilidad de poder observar y detectar los movimientos de tropas, buques y aeronaves neutraliza la posibilidad de sufrir un ataque sorpresa y/o ejercer presión en los foros internacionales correspondientes. (Concepto desarrollado en la revista PRO-INTELLECTUM 01-01)
En la actualidad este mecanismo de observación es ejercido unilateralmente por Chile debido a su actual capacidad tecnológica, la misma que ha anunciado mejorar.
En el marco de la defensa cooperativa, lo ideal es que la vigilancia se realice bilateralmente. Para ello, el Perú necesita de un satélite, lo que es conocido en el argot de defensa como Advanced Reconnaisance Methods (métodos de reconocimiento avanzados).
Cabe recordar que el año 2006 ya se promulgó la ley 28799 “Ley que declara de interés nacional la creación, implementación y desarrollo de un “Centro Nacional de operaciones de Imágenes Satelitales”, centro que debe ser potenciado al más breve plazo y que constituye un importante paso en el dominio espacial peruano.
El satélite posee aplicaciones múltiples -no solo en la defensa- además puede ser empleado como instrumento de desarrollo, especialmente si consideramos la difícil geografía nacional.
El sistema que se necesitaría para complementar el equipo de vigilancia sería la adquisición de un avión AWAC (Sistema Aerotransportado de alerta y Control, por sus siglas en inglés) que permite la detección de aeronaves lo cual no es cubierto por el satélite.
La defensa cooperativa parece un mecanismo útil en la prevención de conflictos, pero no puede ejercerse completamente bajo condiciones de asimetría del poder nacional. Las buenas intenciones deben ser supervisadas con instrumentos de vigilancia reales, ya que las palabras bonitas se las puede llevar el viento.
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