LAS VACUNAS PRIVADAS
3 de marzo del 2021
Las vacunas para prevenir el COVID 19 son un bien escaso, son cuasi
experimentales y tienen carácter de emergencia. Los laboratorios solo están
negociando con los Estados nacionales de forma que la distribución de la vacuna
pueda llegar a la mayoría de los países en el menor tiempo posible. Las vacunas
no tienen stock. Se distribuyen según el orden de fabricación y los compromisos
adquiridos. En este momento, los Estados compiten entre sí por conseguir las
escasas vacunas. Los laboratorios las venden a precios diferenciados (por ello
la reserva en el precio de negociación)
En una simple lógica económica: hipotéticamente, a si empresas privadas
comienzan a negociar con los laboratorios productores, de inmediato entran en
competencia con los Estados, asegurando dosis para sus trabajadores, pero no
exclusivamente para las personas que más lo necesitan. Las empresas existen
para el simple objetivo de generar utilidad (y es un mito que sean necesariamente
más eficientes.).
El otro efecto es, la demanda por los productos genera una mayor presión
sobre los precios. Los Estados se verán obligados a competir, no solo en la logística
y aseguramiento de los lotes de fabricación, sino también en el precio.
Cuando el abastecimiento y demanda de las vacunas se estabilice es muy
probable que se normalice las formas de adquisición del producto. Eso podría
pasar en varios meses o cuando el Estado asegure una cobertura universal. Además,
dependerá de la capacidad de la producción y la evolución del propio virus, ya
que la inmunidad no está asegurada.
No es extraño que sea América Latina la región donde aparecen estas iniciativas
“privadas”. Está claro que en doscientos años no hemos evolucionado y, lo único
que permanece intacto es la mezquindad y la autocomplacencia de ciertos grupos
de interés.
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