SODOMA Y GOMORRA Y LOS DERECHOS HUMANOS
24 set. 2010
La Nación colombiana acaba de atribuirse una importante victoria sobre las fuerzas terroristas de las FARC. El año 2008 escribí lo que se presentía como el inicio del final de esa nefasta, antigua y poderosa fuerza marxista[1] (“Colombia y el ajedrez por la paz”- julio del 2008) acción que parece estar avanzando hacia la victoria. En el Perú, en vez de seguir el ejemplo político colombiano, insistimos en entorpecer el esfuerzo para acabar con las fuerzas terroristas del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, con necias acciones políticas para la nación, haciendo que el problema permanezca insoluble.
Cuando Colombia y Estados Unidos firmaron el acuerdo del “Plan Colombia” para la lucha contra el narcotráfico, ambas partes sabían muy bien que el objetivo natural también sería el grupo marxista-terrorista de las FARC. Las alianzas entre grupos marxistas violentos y los capos del narcotráfico son naturales en las aisladas zonas selváticas donde se cultiva la coca, la amapola, etc. Los Estados Unidos inyectaron fuertes sumas de dinero, tecnología y conocimiento a las fuerzas del orden de Colombia, consideradas las mejor equipadas de la región. Al mismo tiempo ayudaron a los colombianos a reconstruir el sistema de inteligencia infiltrado por intereses políticos e inclusive del narcotráfico.
Los logros de este sistema de inteligencia y de las fuerzas armadas se reflejaron en el éxito de la operación militar de bombardeo a un campamento de las FARC en Ecuador, en el que muere el mando alias “Raúl Reyes” (1º de marzo 2008). El 3 de marzo el importante mando alias “Iván Ríos” fue asesinado por uno de sus custodios quien se escapara con la mano cercenada del jefe terrorista para poder reclamar la recompensa. El 26 de marzo el individuo alias “Tirofijo” jefe de las FARC muere de un infarto (posiblemente ya se daba cuenta del fracaso de su inútil y larga lucha) El 1 de julio del 2008 la “Operación Jaque” logra el rescate de varios rehenes entre los que se encontraba Ingrid Betancourt.
El 22 de setiembre, se realizó la “Operación Sodoma” en la que participaron 30 aviones y 27 helicópteros combinados de las fuerzas armadas y policía. La operación se realizó mediante el bombardeo al lugar en donde se había detectado la presencia de la cúpula terrorista en lo que han denominado “campamento madre”. En esta operación ha pasado a mejor vida el delincuente conocido como “mono jojoy” el más sanguinario líder de la banda terrorista (Solo entre ignorantes se puede ser líder con un nombre tan estúpido) El gobierno colombiano ha denominado adecuadamente Sodoma a esta operación. Recordemos que en la biblia judeo-cristiana, Dios hace llover fuego para destruir a los habitantes de Sodoma y Gomorra debido a su alejamiento de la ley. De igual forma, aquellos que se alejan del orden constitucional para asesinar y promover el delito recibirán el fuego de la ley y el orden, en este caso la colombiana.
Debido a las difíciles condiciones y a la facilidad para ocultarse en el follaje selvático, los estrategas recomiendan el bombardeo de las posiciones terroristas una vez que la inteligencia haya identificado su posición. La única persona que tocó este tema en el ambiente político nacional fue el Vicepresidente Luis Giampietri, el mismo que recibió fuertes críticas, no solo de los parlamentarios, también de los activistas pro derechos humanos quienes conocen muy bien la efectividad de los bombardeos y la posibilidad de que se acabe en corto tiempo con el problema de la subversión.
El éxito de la operación Sodoma en Colombia, la constante denuncia del congresista Giampietri y del ex ministro Rafael Rey en contra de los activistas y la posibilidad de acabar con el problema subversivo mediante el empleo del poder militar, ponen en un nuevo contexto las palabras del Arzobispo de Lima “los derechos humanos son una cojudez [sic]”
Los colombianos han acabado con este inconveniente de una manera muy práctica, a cada operación militar asiste un fiscal ad-hoc, experto en temas bélicos, estrategia, táctica, etc. quien está perfectamente capacitado para distinguir la diferencia entre un combate real, violento y justo, y las lágrimas de cocodrilo de los familiares de los delincuentes muertos. Un delincuente sabe a los peligros que se somete cuando elige “hacer la lucha armada por la revolución marxista y popular”, la muerte es el más común y esto no debe sorprender a nadie. Esto recuerda el sinnúmero de tonterías que se discutieron para definir la lucha antiterrorista durante el juicio al ex presidente Fujimori, conceptos que no vale la pena discutir si no olvidar.
El éxito colombiano también obedece a una continuidad política de las metas. El Presidente Juan Manuel Santos ha sido ministro de defensa de la administración Uribe y posiblemente uno de los gestores de los éxitos de la inteligencia colombiana. Hoy como presidente no se ha desviado de las metas alcanzando este nuevo éxito. El trabajo es silencioso (inteligencia) acompañado de una fuerte reacción (operación militar). Aunque a muchos le pueda sorprender también trae consigo éxitos políticos. El cambio de régimen en el Perú (2001) trajo consigo la destrucción del aparato de inteligencia por una simple reacción mezquina (y de mucho temor) de los agentes políticos victoriosos, abortando el esfuerzo en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. La consecuencia es clara, hoy se cultiva y produce más coca que nunca y la presencia de Sendero Luminoso en el VRAE se mantiene debido al pobre apoyo político al esfuerzo militar.
Desde que el mundo presenció el horror de los ataques del 9/11 en Nueva York, la visión romántica que muchos tenían sobre “la lucha armada revolucionaria” cambió. Un hecho desapercibido para la prensa peruana fue que desde aquella fecha, las sistemáticas visitas de los congresistas y activistas norteamericanos a la delincuente del MRTA Lory Berenson, cesaron completamente. En los Estados Unidos comprendieron con mucho dolor el peligro que representa este nuevo tipo de guerra y de la necesidad de acabar con este flagelo de la humanidad. Luego del 9/11 nadie quiso identificarse con la Berenson, nunca más la visitaron y hasta el día de hoy nadie la quiere cerca. Esto es su completa responsabilidad ya que se plegó al bando equivocado y pretendió luchar por ellos. No es posible que hoy en día se pretenda cambiar esta figura victimizando a los que fueron y a los que son criminales.
Colombia tiene en agenda pendiente la firma del TLC con los Estados Unidos, en parte porque no fueron tan “flexibles” como los negociadores peruanos. Sin embargo, el reciente éxito de la operación Sodoma acercará a los presidentes Santos y Barack Obama, quien ha felicitado con entusiasmo “este logro extraordinario” del gobierno de Colombia.
La lucha contra los grupos terroristas ha demostrado ser difícil y tortuosa. Está lejos de ser una “guerra limpia”, antónimo parafraseo a los teóricos de la “guerra sucia” [sic] peruana, tal y como lo vienen sufriendo las tropas de la coalición internacional, los civiles inocentes y las fuerzas del orden de Afganistán, Pakistán, Irak, India, Irán, Colombia y también en el Perú aunque se desee soslayar el problema.
Obama se sube el carro ganador de Santos y este logrará acuerdos políticos y económicos para Colombia, un útil subproducto de la fuerza militar y la inteligencia real de una nación. Hay personajes de la política, la economía y la sociedad civil que gustan discutir argumentos en los extremos, generalmente son absurdos. ¿Están seguros quienes repiten como loros el mantra que las fuerzas armadas son un gasto innecesario o los que dicen que la represión militar es dañina a la democracia?
Lo que falta es discutir argumentos reales y definir límites reales, no los que viven en la afiebrada imaginación de economistas, abogados y políticos que siguen soñando con un mundo ideal y feliz.
Bienvenidos a la dura y compleja realidad de las guerras del siglo XXI.
IIE
[1] Colombia y el Ajedrez por la Paz - http://ivanizquierdo.blogspot.com/2008/07/colombia-y-el-ajedrez-por-la-paz.html
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